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La importancia de desconectarse para ser más productivo

En un mundo hiperconectado, donde todo parece urgente, desconectarse se ha convertido en un acto de inteligencia emocional. Diversos especialistas en neurociencia cognitiva afirman que nuestro cerebro no está diseñado para la atención continua: necesita pausas para asimilar la información, reorganizar ideas y restaurar su energía. Por eso, trabajar sin descanso no nos hace más eficientes, sino más propensos al agotamiento mental.

Tomarse pequeños descansos a lo largo del día —incluso de cinco o diez minutos— puede aumentar la concentración y el rendimiento general. Algo tan simple como alejarse de la pantalla, caminar un poco o respirar conscientemente tiene un impacto real en la claridad mental. Este tipo de pausas también ayudan a reducir el cortisol, la hormona del estrés, permitiendo que regreses a tus tareas con una mente más fresca y creativa.

En lugar de ver el descanso como una pérdida de tiempo, debemos entenderlo como una inversión. Desconectarse no significa rendirse, significa recuperar el equilibrio. A veces, la mejor forma de avanzar es detenerse por un momento para continuar con más enfoque y propósito.

– Por Paco Corral
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