El uso excesivo de dispositivos electrónicos en la noche puede alterar el ciclo natural del sueño. La luz azul que emiten las pantallas suprime la producción de melatonina, la hormona encargada de inducir el descanso. Esto explica por qué muchas personas experimentan insomnio o sueño poco reparador cuando usan el celular o la computadora hasta altas horas.
Además del impacto físico, el uso nocturno de redes sociales y aplicaciones puede aumentar la ansiedad, ya que la mente se mantiene activa procesando información y comparaciones sociales. Establecer un “apagón digital” al menos una hora antes de dormir es una de las mejores formas de preparar al cuerpo para el descanso.
Sustituir ese tiempo frente a la pantalla con actividades relajantes, como leer un libro, meditar o escuchar música tranquila, contribuye a mejorar la calidad del sueño. Desconectar, lejos de ser una pérdida, es una inversión en salud y energía para el día siguiente.
✍🏻 Paco Corral
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