El voluntariado ya no se ve únicamente como una actividad altruista, sino también como una forma de crecimiento personal y bienestar emocional. Participar en proyectos comunitarios, rescates de animales o actividades ambientales genera una sensación de propósito y conexión social.
Investigaciones han mostrado que las personas que realizan voluntariado constante presentan mayores niveles de satisfacción con su vida y menos síntomas de depresión. Además, fomenta la empatía y amplía la red de contactos.
Lo más atractivo es que existen cada vez más plataformas digitales que conectan a voluntarios con causas cercanas a su interés, haciendo más fácil sumarse a estas actividades sin importar la edad o disponibilidad de tiempo.
Por Paco Corral.
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