Dormir bien es una de las formas más efectivas de cuidar tu salud, y sin embargo, una de las más descuidadas. Mientras dormimos, el cerebro limpia desechos neuronales, consolida la memoria y repara tejidos. Cuando no descansamos lo suficiente, las funciones cognitivas se deterioran, el sistema inmunológico se debilita y las emociones se descontrolan con más facilidad.
Un adulto promedio necesita entre siete y ocho horas de sueño diario, pero no solo importa la cantidad, sino la calidad. Mantener horarios regulares, evitar pantallas al menos una hora antes de dormir y crear un ambiente fresco y oscuro puede mejorar notablemente el descanso. También es clave desconectarse mentalmente de las preocupaciones del día, algo que puede lograrse con ejercicios de respiración o meditación ligera antes de acostarse.
Dormir bien no es un lujo, es una necesidad biológica. Cuando el cuerpo descansa, la mente florece. Y aunque a veces parezca que dormir “quita tiempo”, lo cierto es que un buen descanso te permite vivir tus días con mucha más claridad y energía.
– Por Paco Corral
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