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Cómo lograr que tu casa se sienta realmente como un hogar

Un hogar no se define por sus metros cuadrados ni por la decoración que tiene, sino por la energía que proyecta. Sentirse cómodo en tu propio espacio es fundamental para la salud emocional. La neuroarquitectura —una disciplina que estudia cómo los espacios afectan nuestro estado mental— ha demostrado que los lugares donde predomina la luz natural, el orden visual y los elementos naturales como plantas o materiales de madera, ayudan a reducir el estrés y mejorar la concentración.

No se trata de gastar dinero en redecorar, sino de poner atención a los detalles que te hacen sentir bien. Puedes comenzar por personalizar tu entorno con recuerdos, fotografías o colores que te transmitan calma. También es recomendable destinar un rincón para actividades placenteras: leer, meditar, escuchar música o simplemente descansar. Este tipo de hábitos contribuyen a que tu casa deje de ser solo un lugar donde duermes y se convierta en un refugio donde realmente puedes recargar energía.

Cuando cuidamos el ambiente donde vivimos, nuestro cuerpo y mente responden. Un espacio cuidado es un reflejo de cómo nos tratamos a nosotros mismos. Y aunque a veces no lo notemos, sentirnos a gusto en casa influye directamente en nuestra productividad, descanso y hasta en la forma en que nos relacionamos con los demás.

– Por Paco Corral
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