Tener una mascota no solo ofrece compañía: también impacta directamente en el bienestar físico y emocional. Estudios han demostrado que caminar con un perro al menos 30 minutos al día reduce los niveles de cortisol, mejora la presión arterial y aumenta la actividad física de forma natural, sin sentirlo como ejercicio forzado.
Además, pasear con mascotas mejora la conexión emocional entre dueño y animal, lo que libera oxitocina, la hormona relacionada con el vínculo y la sensación de calma. Salir al aire libre también ayuda a romper rutinas sedentarias, especialmente para quienes trabajamos desde casa o pasamos muchas horas frente a una pantalla.
Y algo interesante: las caminatas regulares generan un sentido de responsabilidad que puede mejorar la disciplina en otras áreas de la vida.
– Por Paco Corral
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