El olfato es el único sentido que conecta directamente con el sistema límbico, responsable de las emociones y la memoria. Por eso, los olores pueden influir tan rápidamente en nuestro estado de ánimo. La lavanda, por ejemplo, ha demostrado científicamente reducir el estrés y mejorar el sueño, mientras que el romero puede aumentar la concentración y la energía.
Usar aromaterapia no requiere ser experto: basta con encender una vela, colocar un difusor o aplicar aceites esenciales en las muñecas antes de dormir. Pequeños gestos olfativos que, sin darte cuenta, pueden cambiar el ritmo de tu día.
– Por Paco Corral
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