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Por qué aprender a pausar antes de responder mejora tu inteligencia emocional

Responder de inmediato no siempre es sinónimo de buena comunicación. De hecho, una pausa breve antes de contestar —ya sea un mensaje, un correo o una conversación incómoda— puede cambiar por completo el resultado de una interacción. Esa pausa permite que el cerebro emocional se calme y que la parte racional tome el control.

Cuando reaccionamos sin pausar, solemos decir cosas desde el impulso, el cansancio o el enojo. En cambio, respirar unos segundos antes de responder mejora la claridad, reduce conflictos y eleva el nivel de la conversación. Esta habilidad es una de las bases de la inteligencia emocional y suele marcar la diferencia en relaciones personales y laborales.

Con el tiempo, pausar se convierte en un hábito. No te vuelve frío ni distante; te vuelve consciente. Y la conciencia, casi siempre, conduce a mejores decisiones.

– Por Paco Corral
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