Existe un fenómeno conocido como el efecto del protegido: cuando enseñas algo a otra persona, tu cerebro consolida ese conocimiento con mayor profundidad. No importa si explicas algo sencillo o complejo; al ordenar ideas para transmitirlas, detectas vacíos, refuerzas conceptos y mejoras tu claridad mental. Por eso muchos expertos recomiendan enseñar para aprender.
Además, compartir lo que sabes fortalece la confianza y la comunicación. Explicar un tema obliga a usar ejemplos, analogías y un lenguaje claro, habilidades muy útiles en el trabajo y en la vida diaria. Incluso explicar algo a un amigo o familiar puede ayudarte a dominarlo mejor que estudiar en silencio.
Enseñar no requiere ser experto; basta con ir un paso adelante. Convertir el conocimiento en algo compartido transforma lo que sabes en una herramienta viva y útil.
– Por Paco Corral
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