Muchas personas cargan un objeto pequeño —una pulsera, una moneda especial, un llavero, una piedra lisa— que funciona como “ancla personal”. Es una herramienta usada en psicología para regular emociones: al tocar el objeto, tu mente recuerda una sensación de calma o un pensamiento positivo asociado a él.
Este ancla sirve para momentos de ansiedad, estrés o presión. Su poder está en la asociación: si lo eliges un día en el que te sientes bien y lo guardas como símbolo de tranquilidad, tu cerebro aprende a activar ese estado cada vez que lo tocas. Es discreto, práctico y sorprendentemente efectivo.
Tener un ancla personal no resuelve problemas, pero te da un segundo para respirar y responder desde la calma. A veces, ese segundo lo cambia todo.
– Por Paco Corral
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