Escuchar audiolibros mientras caminas combina dos actividades que estimulan el cerebro: movimiento físico y aprendizaje. Caminar aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que mejora la retención de información y la creatividad. Por eso, quienes escuchan audiolibros durante paseos cortos suelen comprender mejor y recordar más contenido.
Además, esta práctica convierte tiempos muertos en momentos de crecimiento personal. Un trayecto de 20 minutos puede convertirse en una clase, un documental narrado o una historia inspiradora. Es una forma inteligente de añadir conocimiento sin tener que modificar grandes partes de tu rutina.
También ayuda a despejar la mente. Al caminar, el cuerpo libera tensión acumulada, y al sumar un audiolibro, el cerebro se enfoca en algo interesante en lugar de en preocupaciones. Es una técnica sencilla para mejorar bienestar y productividad a la vez.
– Por Paco Corral
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