El cine es un espejo de emociones y, dependiendo del género, puedes encontrar un recurso diferente para tu estado de ánimo. Si estás bajo de ánimo, una comedia ligera puede ayudarte a liberar endorfinas y a ver la vida con humor. Si estás sobrecargado, una película contemplativa o de drama puede ayudarte a procesar lo que sientes.
Un estudio sobre preferencias de géneros fílmicos y personalidad reveló que los que prefieren aventura tienden a ser más extrovertidos, mientras que quienes eligen misterio se muestran más abiertos a la experiencia.
Así que la próxima vez que dudes qué ver, pregúntate: ¿qué necesito sentir al terminar? Usar el cine como herramienta de gestión emocional es una de las formas más placenteras de cuidarte.
– Por Paco Corral
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