El sentido del olfato está directamente conectado con las áreas del cerebro que procesan las emociones y los recuerdos. Por eso, un aroma puede transportarte instantáneamente a un momento específico de tu vida.
Aprovechar este vínculo puede ayudarte a crear ambientes emocionales positivos: encender una vela con tu fragancia favorita, usar un perfume especial o tener un difusor en casa puede mejorar tu ánimo y ayudarte a concentrarte.
Los aromas son como huellas invisibles que acompañan nuestros días. Elegir conscientemente los que nos rodean puede cambiar la forma en que vivimos cada momento.
– Por Paco Corral
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