Pasar tiempo desconectado de las redes puede ser más beneficioso de lo que imaginamos. Un solo día sin revisar notificaciones ni compararse con lo que otros muestran en internet puede reducir la ansiedad y mejorar el enfoque en la vida real. Al dejar a un lado el celular, se gana tiempo para actividades que verdaderamente aportan valor, como leer, conversar cara a cara o descansar plenamente.
Además, desconectarse ayuda a reflexionar sobre el uso que damos a la tecnología y permite reconectar con uno mismo. No se trata de abandonar las redes por completo, sino de aprender a gestionarlas de manera más consciente. Un día de “detox digital” puede convertirse en un hábito transformador para quienes buscan más equilibrio en su vida cotidiana.
Por Paco Corral
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