Más allá de la decoración, tener plantas en casa aporta beneficios comprobados para la salud. Estas ayudan a purificar el aire al absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno, y algunas especies como el potus o la sansevieria incluso eliminan toxinas presentes en el ambiente. Esto convierte a las plantas en aliadas para quienes pasan mucho tiempo en espacios cerrados.
También se ha demostrado que cuidar de ellas reduce la ansiedad y mejora el estado de ánimo, ya que implica una conexión con la naturaleza desde el hogar. Verlas crecer y florecer da una sensación de logro y bienestar emocional. Incluir plantas en la rutina diaria es, en definitiva, una forma sencilla y económica de mejorar la calidad de vida y crear ambientes más saludables.
Por Paco Corral
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