El minimalismo digital es una práctica que cada vez más personas adoptan para tener una relación más sana con la tecnología. Consiste en reducir el uso innecesario de aplicaciones, desactivar notificaciones y establecer horarios claros para revisar redes sociales o correos.
La saturación digital es un problema real: estudios indican que el usuario promedio desbloquea su teléfono más de 150 veces al día. Esto no solo afecta la productividad, sino que también puede tener impacto en la salud mental, generando ansiedad y sensación de estar siempre “ocupado”.
Adoptar un enfoque minimalista con la tecnología no significa renunciar a ella, sino usarla de forma consciente. Por ejemplo, tener solo una red social activa, usar aplicaciones que realmente aporten valor o reservar espacios sin pantallas para actividades offline como leer, cocinar o caminar.
Por Paco Corral.
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