Los grupos juveniles de la iglesia enfrentan riesgos de reclutamiento forzado por parte del crimen organizado, lo que ha obligado a modificar los horarios de reuniones y actividades parroquiales. Así lo aseguró el obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, quien destacó que esta situación afecta principalmente a municipios como Jaral del Progreso, Cortázar, Valle de Santiago y Pénjamo.
Con información de Milenio , el prelado reconoció que la violencia limita la participación de los jóvenes y afecta de manera directa la pastoral dirigida a adolescentes. Relató que durante sus visitas pastorales ha escuchado testimonios de jóvenes que pierden amistades y que ya no pueden reunirse en las tardes o noches como acostumbraban. Señaló que, aunque algunas autoridades han buscado atender el problema, en otros lugares se percibe sometimiento frente a los grupos criminales.
Por su parte, el vocero de la Arquidiócesis de León, Marcos Cortés Muñiz, coincidió en la necesidad de ajustar los horarios en las parroquias ubicadas en zonas de mayor inseguridad. Explicó que cada grupo pastoral determina sus actividades de acuerdo con la situación de la colonia donde se encuentra, procurando evitar encuentros nocturnos.
La violencia ha dejado un saldo trágico para los grupos apostólicos de Guanajuato. En los últimos meses se registraron asesinatos y ataques contra integrantes de la Pastoral Juvenil en municipios como San Felipe y Salamanca, con un total de 16 jóvenes ejecutados en lo que va del año. Estos hechos incrementaron la preocupación de coordinadores y asesores, quienes han implementado protocolos de protección para resguardar a los menores.
Entre las medidas adoptadas destacan la reducción de horarios, la realización de encuentros en templos y la participación activa de padres de familia en la logística de seguridad. Líderes pastorales insisten en que, aunque la iglesia mantiene su labor evangelizadora, corresponde a las autoridades enfrentar de manera efectiva la violencia que amenaza a la juventud guanajuatense.