El reciente caso del individuo que agredió con un machete a cachorros en el fraccionamiento Vida Mejor, en Tapachula, indignó a toda la sociedad. Esa rabia colectiva es legítima, la violencia, venga de donde venga, debe enfrentarse sin titubeos.
Lo importante es lo que ocurrió después. Bajo la conducción del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, el Estado reaccionó con firmeza. Su mensaje ha sido claro desde el primer día, la ley se cumple y se hace cumplir; no hay espacio para la indiferencia ni para la impunidad.
Esa visión encuentra rumbo y resultados con el trabajo del secretario de Seguridad del Pueblo, Óscar Alberto Aparicio Avendaño, quien ha consolidado una estrategia que responde con hechos, no con excusas. Gracias a la coordinación inmediata entre la Secretaría de Seguridad del Pueblo (SSP) y la Fiscalía General del Estado (FGE), el agresor fue localizado, asegurado y puesto a disposición de la autoridad competente, enviando un mensaje contundente, en Chiapas, nadie está por encima de la ley, ni siquiera quienes dañan a los que no tienen voz.
Este caso demuestra algo más profundo, la seguridad no solo se mide en patrullajes o grandes operativos, sino también en la defensa de los más vulnerables, y en esa labor, la SSP y la FGE actúan como un solo frente, garantizando que ni la violencia contra una persona ni la violencia contra un animal quede sin respuesta.