El sistema inmunológico, es un sistema biológico de defensa del organismo ante agentes patógenos y enfermedades. Este sistema crucial y complejo tiene como principal función proteger al organismo contra infecciones y enfermedades, permitiendo una respuesta inmunológica adaptativa y adecuada contra una amplia variedad de patógenos y toxinas.
Debido a la importancia que el sistema inmunológico tiene para nuestro buen estado de salud, es de vital importancia saber cuidarlo. Algo que hay que tener todavía más presente en ciertas épocas del año, como el invierno, cuando estamos más expuestos a elementos como el frío y la humedad y a personas con patologías como gripes y resfriados. Además, disfrutamos de menos horas de sol, lo que contribuye a empeorar el déficit de vitamina D.
Si embargo el frío no es el único causante del aumento de enfermedades respiratorias en otoño e invierno. Lo cierto es que también influyen otros factores, como por ejemplo que el sistema inmunológico de los niños no está lo suficientemente maduro, por lo que son más sensibles a los cambios de temperatura y presentan un mayor riesgo a contagiarse.
La buena noticia es que existen hábitos diarios al alcance de nuestro día a día que les ayudan a blindarse frente a los virus. Por eso, hay diferentes consejos que puedes aplicar para ayudar a tu sistema inmunitario.
* Descansar bien. Algo tan simple como dormir bien todas las noches tiene un impacto positivo en tu sistema inmune. Dormir entre siete y ocho horas, puede contribuir a que las células del organismo, entre ellas las del sistema inmune, se regeneren. Además, es importante intentar establecer un horario de sueño.
* Hacer ejercicio físico. Es recomendable hacer ejercicio de manera regular, pues ayuda a reducir el estrés y evitará que tus defensas se debiliten. Una buena alternativa son los deportes aeróbicos, como montar en bicicleta o nadar. Practícalos de forma moderada, pero dedica al menos 20 o 30 minutos al día.
* Seguir una dieta equilibrada. La alimentación es vital para reforzar el sistema inmune. Si es inadecuada o insuficiente se puede producir una caída en las defensas. Lo más importante es que sea variada, ya que con ello conseguirás todos los nutrientes que necesitas para garantizar el equilibrio interno. La vitamina A, por ejemplo, tiene un papel importante en la maduración y diferenciación de las células. Algo similar sucede con la vitamina D.
* Realizar actividades al aire libre. Realizar ejercicio físico en el exterior tiene un beneficio extra. Y es que, gracias a la exposición solar los pequeños podrán satisfacer parte de las necesidades de vitamina D.
* Vacunación. Es importante seguir el calendario de vacunación, pues es la mejor manera de prevenir algunas enfermedades graves.
* Añade probióticos a su dieta. Consumidos en cantidades adecuadas estos microorganismos vivos son vitales para equilibrar la flora intestinal. Esto ayuda a evitar que se desarrollen bacterias patógenas y mejora la protección del tejido intestinal. Los probióticos se encuentran en alimentos como los yogures naturales no azucarados, el queso crudo o el kéfir.
* El aire limpio es un gran aliado para las defensas. Los pediatras aconsejan ventilar la casa cada día al menos 10 minutos, preferiblemente por la mañana, para renovar el aire. También es recomendable evitar aglomeraciones o espacios cerrados con muchas personas que pueden favorecer la transmisión de virus como el de la gripe.
* Abrigarles en capas, lo que facilita quitar alguna de ellas en caso necesario para evitar cambios bruscos de temperatura entre el interior y el exterior.
Dado que el sistema inmunitario de los niños aún se está desarrollando, es especialmente importante encontrar formas naturales y eficaces de reforzarlo. Afortunadamente, hay muchos enfoques sencillos y holísticos que podemos adoptar para ayudar a nuestros hijos a mantenerse fuertes y sanos.
Algunos alimentos se han ganado el reconocimiento de “superalimentos” por sus increíbles propiedades de refuerzo inmunitario. Estos alimentos están repletos de vitaminas, minerales y antioxidantes que pueden reforzar el sistema inmunitario de tu hijo de forma natural.
* Cítricos: Las naranjas, los limones y los pomelos están cargados de vitamina C, conocida por aumentar la producción de glóbulos blancos y combatir los resfriados.
* Verduras de hoja verde: Verduras como las espinacas, la col rizada y las acelgas están repletas de antioxidantes que ayudan a proteger las células de los daños.
* Yogur: El yogur que contiene probióticos vivos es fantástico para la salud intestinal, y un intestino sano es crucial para un sistema inmunitario fuerte. Las bacterias buenas de los probióticos ayudan a que el sistema digestivo funcione eficazmente, manteniendo a raya a los patógenos dañinos.
* Bayas: Los arándanos, las fresas y las frambuesas son ricos en antioxidantes y vitamina C, que favorecen la función inmunitaria.
* Frutos secos y semillas: Las almendras, las pipas de girasol y las semillas de calabaza están cargadas de vitamina E, un antioxidante que refuerza las defensas naturales del organismo.
Para que los superalimentos resulten más atractivos a los niños, pruebe a mezclar frutas en batidos, introducir espinacas en salsas o sopas, o añadir semillas al yogur y a los copos de avena. Estos pequeños cambios pueden suponer un potente estímulo inmunitario.
Aunque no siempre pensemos que los niños sufren estrés, pueden sentir los efectos de la ansiedad igual que los adultos. Demasiado estrés puede debilitar el sistema inmunitario y hacer que el organismo sea más propenso a las enfermedades. Enseñar a su hijo a controlar el estrés desde una edad temprana es una forma excelente de potenciar su bienestar general y su salud inmunitaria.
