María Branyas Morera, reconocida como la persona más longeva del mundo hasta su muerte en 2024, falleció a los 117 años y 5 meses dejando un valioso legado científico. Investigadores del Instituto Josep Carreras en España analizaron su caso en profundidad y descubrieron factores clave que explican su envejecimiento saludable.
Uno de los hallazgos más impactantes fue que su edad biológica era 23 años más joven que su edad real. Además, su ADN mostraba una combinación genética que la protegía de enfermedades como el cáncer, problemas cardíacos y demencia.
El estudio también reveló una abundancia inusual de Bifidobacterium en su flora intestinal, una bacteria beneficiosa que suele disminuir con la edad. A esto se suman niveles óptimos de colesterol y triglicéridos, y un estilo de vida ejemplar: sin alcohol ni tabaco, dieta mediterránea, buen sueño y una actitud mental activa y positiva.
María resumía su secreto en tres palabras: buenos genes, buena suerte y tranquilidad. Su caso se convierte hoy en un referente para la ciencia del envejecimiento.