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No debería estar ahí pero está: Las Bermudas

Las Bermudas son una anomalía por sí mismas, ya que lo normal es que no estuvieran ahí. Para entenderlo hay que saber que este archipiélago volcánico se formó hace 30 millones de años, y lo normal, tras tanto tiempo de inactividad, es que la corteza oceánica se hubiera enfriado y se hubiera hundido. Pero esto no ha ocurrido, y la ciencia cree ya saber por qué.

El estudio. A priori las islas deberían estar sumergidas, pero siguen ahí elevadas unos 500 metros por encima de lo que correspondería y la Universidad de Yale ha querido buscar la solución. Y la verdad es que la han encontrado escondida a 20 kilómetros bajo nuestros pies.

Una radiografía de 400 terremotos. Para resolver el misterio, los investigadores no utilizaron excavadoras sino ondas sísmicas. Analizando los datos de casi 400 terremotos registrados por la estación BBSR en las Bermudas, el equipo logró crear un mapa de las capas más internas bajo el archipiélago.

Lo que encontraron es una estructura única en el mundo: una capa inferior de unos 20 kilómetros de espesor ubicada justo entre la corteza y el manto del planeta. Y su función es realmente importante, ya que actúa como un soporte flotante que mantiene a las Bermudas en superficie sin hundirse. Y todo gracias a que tiene una densidad mucho menos que el material que lo rodea que genera una fuerza de flotación.

Algo único. Más allá de entender por qué las Bermudas siguen ahí, también vemos que esta es una estructura muy poco común. Tanto que no se parece a nada de lo que se haya visto en otros archipiélagos similares, como por ejemplo en Hawái.

Su origen. A la hora de averiguar el cómo está esa placa en su ubicación actual, hay varias teorías ahora mismo vigentes entre la comunidad científica. La primera de ellas se basa en que un remanente de la actividad volcánica de hace 30 millones de años se quedó “sellado” bajo la corteza.

La segunda teoría que se maneja se centra en un proceso químico donde el agua del mar penetra en las rocas del manto, alterándolas y haciéndolas menos densas, y, por tanto, que floten. Pero sea cual sea el origen, el estudio confirma que las Bermudas se asientan sobre una anomalía tectónica que desafía a los modelos geológicos.