La marcha de la generación Z dejó al edificio sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al menos 21 ventanas rotas y con fisuras desde el sótano hasta el balcón de presidencia, afectaciones en la puerta principal y otras áreas, pero también ocasionó “graves daños” en uno de sus emblemáticos murales, el Inframundo o Tzompantli, del artista Rafael Cauduro, de acuerdo con un reporte interno que tuvo a la vista La Jornada.
En el documento, que el ministro presidente Hugo Aguilar Ortiz compartió a los ministros ayer en sesión privada, se informa que la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Corte presentó una denuncia por “daño en propiedad ajena” y los delitos que resulten.
Las afectaciones obligaron a cerrar nuevamente la entrada principal del edificio histórico, a dos meses y medio de su reapertura, y llevaron al ministro presidente a iniciar la sesión pública del pleno de ayer con una condena a la violencia.
“Aprovecho para reiterar nuestra condena a estos actos de violencia y de daños que se hicieron al edificio sede de la Suprema Corte. Hago un llamado a toda la ciudadanía y a la juventud para conducirse en los términos institucionales. Esta Suprema Corte ha mantenido las puertas abiertas y la disposición plena para dialogar cualquier situación, así es que no tiene lugar, no tienen cabida los actos de violencia que hemos vivido”, señaló.
