Los panteones de Tapachula cobraron vida el pasado 1 y 2 de noviembre, cuando cientos de familias se unieron para celebrar el Día de Muertos, una tradición profundamente arraigada en el corazón mexicano. En el Jardín y el Municipal, el aroma del cempasúchil, el sonido de las risas y la marimba se entrelazaron con la memoria de aquellos que ya no están.
Zoila Esperanza González, a sus 94 años, llegó al panteón jardín con su familia. Con una voz cargada de amor y nostalgia, compartió que visitó la tumba de una de sus hijas fallecida. Zoila
“La pérdida de mi hija fue un dolor profundo, pero hoy estamos aquí para recordar y convivir con mis nietos, visnietos y mi hija”.
Esperanza González / visitante.
Dijo que lo más importante es mantener unida a la familia.
“Lo más importante es que la familia esté unida, porque el lazo que compartimos trasciende la vida misma”.
Desde muy temprano, Margarita Mateos Cordero se preparó para honrar la memoria de sus dos hijos. Junto a su esposo, limpiaron sus tumbas y adornaron el lugar con flores vibrantes.
“Recordar a mis hijos es un acto de amor”, dijo mientras saboreaban un pollito, uno de sus platillos favoritos. “Compartir anécdotas en este espacio sagrado nos permite sentir su presencia”.
Margarita Mateos Cordero / visitante.
Estrella Belén, quien viajó desde Suchiate, también se unió a esta celebración de todos los tapachultecos.
“Las tradiciones no se deben perder”, afirmó con firmeza mientras colocaba flores en la tumba de su padre, quien falleció este año. “Venir aquí es un acto de respeto y amor hacia nuestros seres queridos. Ellos viven en nuestros corazones”.
Estrella Belén / Visitante.
Los panteones de Tapachula se llenaron de color y música, convirtiéndose en un refugio de recuerdos y emociones. Las familias, con veladoras encendidas y ofrendas florales, recordaron que la muerte no es el final, sino una continuidad de la vida a través de la memoria y el amor compartido. 
Las autoridades locales estiman la afluencia de entre 40 y 50 mil visitantes a los panteones del municipio.