En el marco de las celebraciones por el Día de Muertos, la presidenta municipal Mari Luz Velázquez Jiménez encabezó el tradicional concurso de altares y de dulces típicos, en un ambiente lleno de color, tradición y orgullo por las raíces culturales que identifican al pueblo huimanguillense.
Con la participación de diversas instituciones educativas y ciudadanía en general, el evento permitió apreciar la creatividad y el talento de los participantes, quienes dieron vida a sus altares con elementos simbólicos, luz y color, honrando la memoria de quienes han partido.
En su mensaje, la alcaldesa Mari Luz Velázquez Jiménez destacó la importancia de mantener vivas las tradiciones que fortalecen la identidad y la unión familiar.
Asimismo, invitó a las familias a disfrutar las actividades organizadas por el Ayuntamiento durante el fin de semana, recordando que estos espacios fortalecen el tejido social y celebran la vida a través de la memoria.
Los altares incluyeron los elementos más característicos de esta festividad, como flores de cempasúchil, veladoras, papel picado, fotografías, alimentos y objetos personales que simbolizan el vínculo espiritual entre vivos y difuntos, fusionando creencias indígenas y católicas.
En esta categoría, el primer lugar fue otorgado al altar “Maestros de vida, inmortales en la memoria”, presentado por la Escuela Secundaria Federal Tomás Garrido Canabal; el segundo lugar correspondió al altar “Raíces de mi tierra” del CONALEP 99; mientras que el tercer lugar fue para el altar “Mis raíces” del IDIFTEC 4, todos reconocidos por su originalidad, simbolismo y respeto a los elementos tradicionales.
Por su parte, en el concurso de dulces típicos, los participantes deleitaron al jurado con sabores representativos de la región. El primer lugar fue para Claudia Gabriela, con su exquisito dulce de conserva de naranja agria; el segundo lugar lo obtuvo José Manuel Hernández, por su dulce de limón real grande.
Por último, el tercer lugar fue para Josefina Torruco Hernández, quien presentó un dulce de lima cereza rellena de coco con merengue, todos elaborados con ingredientes tradicionales que evocan la esencia del sureste mexicano.
