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Sismos dejan huellas invisibles: los efectos psicológicos tras la tragedia

Este 19 de septiembre, fecha marcada en la memoria colectiva de México por los terremotos de 1985 y 2017, se realizará el segundo Mega Simulacro Nacional, un ejercicio que busca preparar a la población para enfrentar emergencias sísmicas. Más allá de los protocolos de seguridad y la prevención material, especialistas advierten que los movimientos telúricos dejan también profundas secuelas en la salud mental de quienes los viven.

De acuerdo con psicólogos, los sismos generan traumas que pueden manifestarse en ataques de pánico, ansiedad, insomnio, irritabilidad e incluso en lo que se conoce como estrés postraumático. Muchas personas reviven los recuerdos del momento cada vez que sienten un temblor, escuchan una alarma sísmica o perciben una vibración repentina, lo que afecta su calidad de vida y su entorno social.

El impacto emocional varía en cada individuo. Mientras algunos logran recuperarse con el tiempo y el acompañamiento de sus familias, otros requieren atención psicológica profesional para superar las huellas que deja la experiencia. “El sismo no solo derrumba edificios, también sacude la estabilidad emocional de las personas”, señalan especialistas en salud mental, quienes insisten en que la atención psicológica debe considerarse parte fundamental de los planes de emergencia.

En este contexto, el Mega Simulacro Nacional no solo busca reforzar las medidas de autoprotección, sino también contribuir a que la ciudadanía se sienta más segura y con mayor control frente a una situación de crisis. Recordar, conmemorar y prepararse, afirman autoridades, es la mejor manera de honrar la memoria de las víctimas y fortalecer la resiliencia de la sociedad.