En la Villa de Zaachila, diversos panaderos locales han comenzado a instalar puestos en las afueras del mercado local para ofrecer el tradicional pan de muerto adornado, característico de la celebración del Día de Muertos. Las piezas, elaboradas con masa de yema y decoraciones de colores, ya se encuentran disponibles para quienes buscan incluirlas en los altares familiares.
Cada pan destaca por sus adornos de masa coloreada, que incluyen flores, hojas y rostros que evocan la memoria de los difuntos, siguiendo una tradición que ha perdurado por generaciones en la región. Aunque es comestible, gran parte de su venta se destina al uso ornamental en los altares.
Los tamaños varían desde piezas pequeñas, adecuadas para niños, hasta panes grandes, pensados para altares de mayor tamaño. Los panaderos explican que la demanda aumenta conforme se acercan los días de la celebración, lo que ha motivado la instalación de puestos adicionales para facilitar la compra.
Productores locales coinciden en que el pan de muerto adornado representa una combinación de arte y tradición, y su presencia en el mercado contribuye a mantener viva la cultura local durante las festividades del Día de Muertos.
