El 23 de diciembre, víspera de Navidad, Oaxaca brillara ante el mundo con su única y tradicional Noche de rábanos, donde las manos mágicas de hortelanos y artesanos convierten en verdaderas obras de arte vegetales gigantes (rábanos), la hoja de totomoxtle y flor inmortal.
Jorge Bueno, cronista de la ciudad, ha sido uno de los fieles testigos de esta tradición que se originó en la época colonial en la plaza natural o jardín de la Constitución donde se realizaba la vendimia de las hortalizas para la vigilia de la Navidad para acompañar los distintos alimentos y los de mayor demanda eran los rábanos porque se puede dar distintas formas para adornar los platillos. A la fecha, esta celebración se trata de uno de los mayores atractivos de Oaxaca durante las fiestas decembrinas.
Jorge Bueno, Cronista de la Ciudad detalla que fue durante la presidencia municipal de Francisco Vasconcelos en 1987 cuando se convocó a un concurso entre los hortelanos y artesanos de flor inmortal, de palmas y de hoja de totomoxtle, y desde entonces se formalizó el concurso que cumple en este 2025 su edición número 128 y donde se premia la creatividad e imaginación de las esculturas elaboradas por las manos mágicos mágicas de las y los artesanos.
Las actividades de la celebración comienzan con la siembra de los tubérculos, tres meses antes del concurso, y la cosecha se estima realizar el 20 de diciembre de aproximadamente 12 toneladas de dos variedades: Bartender o rábano largo y champion o rábano bolita en terrenos del bosque el Tequio.
A 128 años de su creación se ha tratado de que este festejo conserve su origen, a pesar de la apertura que se ha dado, y las imágenes expuestas vayan sobre lo tradicional de Oaxaca, sus fiestas, costumbres, imágenes religiosas.