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NAVIDAD CON SABOR A POLLO FRITO

Aunque muchos asocian la Navidad con pavo o platillos elegantes, en algunos lugares del mundo el verdadero protagonista es el pollo frito. Crujiente, dorado y servido con una sonrisa, este platillo se ha convertido en una tradición navideña inesperada pero muy querida. Su origen más conocido se encuentra en Japón, donde desde la década de los setenta la gente acostumbra a celebrar la Nochebuena con un cubo de pollo frito, una costumbre nacida gracias a una campaña publicitaria que terminó por convertirse en parte de la cultura popular.

Cada diciembre, miles de familias japonesas hacen fila para conseguir su porción de pollo y compartirla en casa, transformando una comida rápida en un símbolo de unión y alegría. Lo que empezó como una estrategia comercial terminó siendo una muestra de cómo la modernidad puede crear nuevas formas de celebrar sin perder el sentido familiar de las fiestas.

Hoy en día, esta costumbre se ha extendido más allá de Japón, conquistando corazones en distintos países. El pollo frito en Navidad representa comodidad, cercanía y ese toque rebelde de quienes prefieren disfrutar algo sencillo pero delicioso. Porque al final, más que el platillo, lo que importa es con quién se comparte.