La nave rusa Soyuz MS-28 despegó sin contratiempos desde el cosmódromo de Baikonur, iniciando un nuevo viaje rumbo a la Estación Espacial Internacional. El lanzamiento formó parte de una operación coordinada entre Roscosmos y la NASA, reforzando la colaboración espacial pese al complejo panorama político internacional.
A bordo viaja una tripulación integrada por dos cosmonautas rusos y el astronauta estadounidense Christopher Williams, quien participa en su primera misión orbital. Durante su estancia, los tres trabajarán en estudios científicos, mantenimiento de equipos y proyectos de observación terrestre que buscan ampliar el conocimiento sobre los efectos de la microgravedad.
Tras alcanzar la órbita, la Soyuz inició el trayecto para acoplarse al módulo Rassvet de la EEI, donde la tripulación permanecerá varios meses. Su labor forma parte del relevo rotativo que asegura la operación continua de la estación y la continuidad de los programas internacionales de investigación.
