Skip to content

LAS CARITAS DE PAN DE MUERTO QUE DAN VIDA A LAS OFRENDAS EN OAXACA

En Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca, una tradición ancestral cobra forma en las delicadas caritas de pan de muerto, pequeñas figuras hechas de masa de maíz que se colocan sobre los panes de las ofrendas durante el Día de Muertos. Su elaboración combina arte, fe y memoria, pues cada rostro es modelado a mano con expresiones únicas que reflejan el cariño hacia quienes han partido.

Estas caritas representan mucho más que una decoración: son símbolos de vida y de conexión espiritual. Para los artesanos miahuatecos, cada rostro guarda la esencia del alma a la que se dedica la ofrenda, y su presencia sobre el pan convierte ese alimento en un puente entre el mundo terrenal y el de los muertos. Con colores suaves y trazos finos, las figuras evocan ternura, respeto y amor hacia los antepasados.

El arte de hacer caritas se mantiene vivo gracias a familias que, generación tras generación, han conservado la técnica. En los talleres de Miahuatlán, la masa se amasa con dedicación, se da forma con cuidado y se deja secar bajo el sol antes de pintarse a mano. Así, cada carita se convierte en una pieza única que honra las raíces oaxaqueñas y celebra la continuidad de una costumbre que no se ha dejado borrar por el tiempo.