Ante el bloqueo que autoridades de Tlalixtac de Cabrera mantienen sobre la carretera que conecta a ese municipio con Huayapam, la Secretaría de Gobierno anunció el cierre definitivo del relleno sanitario que operaba en la zona. La protesta, vinculada al rechazo de Tlalixtac a la disposición de residuos en ese punto, tensó nuevamente la relación entre ambas comunidades.
El secretario de Gobierno, Jesús Romero, confirmó que la clausura no responde a fallas técnicas ni a riesgos ambientales. Por el contrario, afirmó que el sitio operaba bajo normas oficiales y no representaba amenaza alguna para el entorno. No obstante, reconoció que el conflicto social generado alrededor del proyecto hizo insostenible su funcionamiento.
De acuerdo con Romero, la decisión se tomó como un “acto de responsabilidad política” para evitar que la confrontación escale. También calificó como una exigencia “ambientalmente criminal” la propuesta de retirar los residuos ya enterrados, al advertir que esta acción sí implicaría daños reales al subsuelo y riesgos sanitarios para la población.
Mientras se determina una alternativa definitiva para el manejo de los desechos de Huayapam, las autoridades estatales informaron que estos serán trasladados temporalmente al Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos (CIRRSU), a fin de garantizar la continuidad del servicio y evitar problemas mayores de acumulación.