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Familias que participaron en la alumbrada de tumbas en Atzompa señalaron que no festejan a la muerte, sino recuerdan a los fieles difuntos

Con el recuerdo permanente de sus seres queridos, familias completas acudieron al panteón de Santa Maria Atzompa, para llevar a cabo la tradicional alumbrada de los sepulcros la noche del 31 de octubre y la madrugada del primero de noviembre.

De esta forma, de acuerdo a las creencias, se ilumina el camino de regreso de las almas de los familiares, amigos que pasaron del mundo terrenal, para convivir durante dos días y mantener vivo su recuerdo.

La celebración es ancestral, cada población tiene sus características, y en Atzompa, se les recibe desde el panteón, para tener un mayor tiempo de convivencia entre vivos y muertos, como lo señaló don Felipe Juárez Rivas.

Algunos otras personas han adorado ya las tradiciones de la localidad, pues tuvieron que enterrar a un familiar en este panteón, pero las hacen suyas pues lo más importante es mantener vivo el recuerdo de los seres queridos, como lo dijo doña Guadalupe Cuevas de San Lorenzo Cacaotepec.

También, Santa Maria Atzompa se ha caracterizado porque los rituales que se realizan son como de antaño, generan nostalgia pero también evocan la alegría de tener siempre presente a las personas que ya fallecieron, así como lo indicó Rosa Orozco.

La convivencia se extiende durante toda la noche y la madrugada, y para hacer más ameno el momento grupos musicales deleitan a los asistentes con melodías, y el baile no se deja esperar, para después seguir velando los sepulcros hasta que el sol comienza a salir para continuar en las viviendas de cada uno con la celebración.

A final de cuentas, lo más importante es la convivencia entre vivos y muertos, entre los que se quedaron y tiene que seguir adelante, con una pena en el corazón por los seres que se adelantaron, pero con la creencia de que en algún momento, en otro plano y tiempo volverán a estar juntos.