Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo una nueva operación marítima en el océano Pacífico oriental, donde destruyeron una embarcación presuntamente vinculada al tráfico de drogas. Según reportes oficiales, el ataque fue autorizado por el presidente Donald Trump como parte de su estrategia para frenar las rutas internacionales del narcotráfico.
El Departamento de Defensa informó que el enfrentamiento dejó al menos dos personas muertas y que la nave formaba parte de una red delictiva que operaba entre América del Sur y Centroamérica. Esta acción se suma a una serie de operativos militares ejecutados durante los últimos meses, en los que Estados Unidos ha intensificado su presencia en zonas marítimas estratégicas.
La ofensiva ha generado preocupación en organismos internacionales, que advierten sobre el uso desproporcionado de la fuerza y la falta de transparencia en los procedimientos. Aun así, Washington sostiene que las operaciones seguirán mientras se considere una amenaza activa contra la seguridad nacional.