Un líder de productores de limón del valle de Apatzingán, Bernardo Bravo, fue encontrado muerto en su vehículo luego de haber denunciado públicamente la extorsión de grupos criminales a los agrícolas en Michoacán. Las autoridades señalan que Bravo había hecho declaraciones mediáticas sobre los altos montos exigidos por los carteles a los productores de cítricos. 
Este homicidio se suma a una larga lista de actos de violencia vinculados al control agrario y la cadena de suministros en la región. Los productores denuncian que la imposición del crimen organizado afecta fuertemente la economía local y genera un ambiente de impunidad que las autoridades nacionales aún deben revertir.
