La escena en Oslo conmovió al mundo entero: Ana Corina Sosa, hija de la opositora venezolana María Corina Machado, subió al escenario con paso firme para recibir el Premio Nobel de la Paz 2025 en nombre de su madre. La líder, reconocida por su inquebrantable lucha por la democracia y los derechos humanos en Venezuela, no pudo asistir a la ceremonia por motivos de seguridad, pero su ausencia se sintió más poderosa que cualquier presencia. En el discurso que su hija leyó ante los asistentes, se escuchó una promesa que erizó la piel de todos: “Venezuela volverá a respirar libertad”.
El galardón marca un antes y un después en la historia reciente del país sudamericano. Machado fue reconocida por su perseverancia frente a un régimen que, durante años, ha restringido libertades, perseguido voces disidentes y provocado un éxodo sin precedentes. Su trabajo que combina activismo político, liderazgo social y resistencia cívica ha inspirado a miles de venezolanos que continúan exigiendo un cambio. Desde el exilio, diversas organizaciones celebraron el premio como un triunfo de la esperanza sobre el miedo y una llamada de atención a la comunidad internacional para no olvidar la crisis que atraviesa Venezuela.
Mientras tanto, en su mensaje, Ana Corina agradeció al Comité del Nobel por dar visibilidad a una lucha que ha cobrado vidas y sueños, pero que también ha encendido un fuego de unión y dignidad. “Este premio no es solo para mi madre dijo con voz quebrada , es para cada venezolano que se niega a rendirse”. Con su reconocimiento, María Corina Machado se convierte en símbolo mundial de resistencia pacífica y en la primera mujer venezolana en recibir un Nobel de la Paz, un hecho que refuerza la fuerza femenina en la defensa de la libertad.
