Entre flores, rostros enlutados y aplausos contenidos, Bernardo Bravo Manríquez recibió su último adiós este martes en Morelia. Familiares, amigos y productores acudieron a la misa de cuerpo presente, celebrada a la una de la tarde, para despedir al líder limonero asesinado en Apatzingán, una voz que durante años denunció las extorsiones que aquejan al campo michoacano.
El ambiente en el templo fue solemne, cargado de tristeza, pero también de indignación. Tras la ceremonia religiosa, el cortejo fúnebre avanzó lentamente hacia un conocido panteón de Morelia, donde fue sepultado entre lágrimas, aplausos y el reclamo de justicia.
Sobre el atroz crimen, el fiscal general del estado, Carlos Torres Piña, ofreció un amplio informe sobre los avances de la investigación, detallando la ruta que siguió Bravo el día de su muerte.
“Desde que se nos notificó este lamentable hecho, pedimos al personal de esta institución trasladarse para tener información directa y darle seguimiento a las diferentes líneas de investigación”, explicó.
El fiscal señaló que se ha logrado establecer la trazabilidad completa del recorrido de Bernardo, desde que salió de Morelia al mediodía del domingo, con destino a Apatzingán. “Tuvimos comunicación con su familia, quienes confirmaron que él mencionó que iría a una reunión con limoneros. Por el cruce de los arcos carreteros y las cámaras revisadas, sabemos que llegó a Apatzingán alrededor de las cuatro de la tarde, se dirigió al Tianguis Limonero y ahí cambió de vehículo: pasó de una Volkswagen blanca a una camioneta Toyota gris, la misma donde fue encontrado sin vida el lunes por la mañana”, precisó.
Torres Piña añadió que, de acuerdo con los dictámenes periciales, Bravo habría sido asesinado entre 10 y 12 horas antes de ser localizado, es decir, durante la noche del domingo.
“Lamentablemente perdió la vida en el transcurso de la noche y su cuerpo fue dejado dentro de su vehículo en la zona sur de Apatzingán, rumbo a Los Hoyos”, informó.
El fiscal también recordó que Bernardo Bravo participó recientemente en una reunión con autoridades estatales y federales en la 43 Zona Militar, para analizar un proyecto de trazabilidad del limón similar al del aguacate, que busca garantizar transparencia y seguridad en la cadena productiva.
“Su trabajo estaba enfocado en dar certeza a los productores y empacadores; era un dirigente comprometido y respetado”, enfatizó.
Mientras la investigación continúa y se revisan números telefónicos, cámaras y posibles publicaciones vinculadas al caso, Michoacán despidió este día a un hombre que se negó a callar. Entre flores y oraciones, Bernardo Bravo Manríquez fue sepultado como lo que fue: un símbolo de resistencia y dignidad para el campo michoacano.