El consumo de uvas durante la celebración de Año Nuevo, la noche del 31 de diciembre, sigue siendo una de las tradiciones más conocidas para despedir el año, al representar los doce deseos que muchas personas piden con cada campanada y la esperanza de que el nuevo ciclo llegue cargado de buenas noticias. Aunque para algunas familias este ritual continúa siendo parte esencial de la cena, en Morelia su presencia comienza a disminuir poco a poco.
Durante un recorrido realizado por este medio en el Mercado Independencia, se pudo observar que actualmente son pocos los puestos que ofrecen uva, una situación que refleja una menor demanda en comparación con otros años. En los puntos donde aún se comercializa, el precio por kilogramo se encuentra entre los 100 y los 200 pesos, dependiendo de la variedad y la calidad, lo que ha llevado a algunos compradores a adquirir solo pequeñas cantidades o a prescindir de la fruta.
En contraste, en tiendas comerciales como Walmart, el kilogramo de uva se encuentra entre los 70 y 80 pesos, convirtiéndose en una alternativa más accesible para quienes buscan mantener la tradición sin que el gasto de la cena de Año Nuevo se eleve demasiado. Aun así, para varias familias el costo total de las celebraciones sigue siendo un factor importante al momento de decidir qué productos llevar a la mesa.
De acuerdo con las y los morelianos, la tradición de comer uvas en Año Nuevo ha ido quedando fuera de sus celebraciones, principalmente por lo costoso que resulta mantenerla año con año. Aunque reconocen que se trata de un ritual cargado de significado y buenos deseos, señalan que las prioridades económicas han llevado a adaptar la cena, conservando el espíritu de la fecha, pero dejando atrás algunas costumbres que antes eran infaltables.
