El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, señaló que no hubo víctimas civiles entre los cinco muertos que dejó la explosión del “coche bomba” en el municipio de Coahuayana en la costa de la entidad, argumentó que la Fiscalía General de la República (FGR) atrajo el caso.
Ramírez Bedolla, expuso que él fue directamente a brindar atención a las familias de los fallecidos y heridos que hasta la fecha suman siete hospitalizados y cinco personas sin vida, tres de la Policía Comunitaria donde ocurrió la explosión y dos más que están sin identificar de acuerdo a la última información que brindó la Fiscalía General del Estado (FGE).
El mandatario estatal expuso que la atención se brindó de inmediato porque en ese municipio hay una base naval y eso permitió que hubiera un despliegue aéreo rápido para atender la emergencia.
Reiteró que el móvil y las causas serán dadas a conocer por la FGR quienes comandan la investigación; cabe destacar que en un primer momento se había catalogado el hecho como terrorismo y después en el comunicado de las autoridades federales se señala como agresión de la delincuencia organizada