Los mexicanos gustan de tomar refresco. De acuerdo con cifras de Euromonitor, nuestro país es el de mayor consumo per cápita de refrescos a nivel mundial.
En promedio cada mexicano consume 163 litros anuales de refresco, lo que representa un 40% más que lo que consumen al año los estadounidenses.
“El refresco es una bebida azucarada con aditivos y sodio que puede afectar seriamente la salud. Principalmente daña el sistema cardiovascular y favorece el desarrollo de obesidad, diabetes e hipertensión. También impacta en la calidad del sueño y en la salud dental. En resumen: no aporta ningún beneficio a nuestro organismo”, comentó la nutrióloga Nancy Horta.
Chiapas, Oaxaca y Tabasco, son los estados donde más se consume este líquido.
De acuerdo con una encuesta de Enkoll, el 29% de los mexicanos consume refresco todos los días, principalmente en casa. Aunque el 88% reconoce lo dañino que es, la mitad admite que lo sigue tomando simplemente porque le gusta.
“Si hoy necesito un vaso de refresco para sentirme feliz, mañana, cuando me acostumbre, quizá requiera dos. En una semana serán tres, y así sucesivamente. El consumo de estas bebidas funciona como una escalera: mientras más se toma, más aumenta la necesidad de seguir haciéndolo”, explicó Nancy.
Tomar refrescos no es solo una costumbre, es un hábito que puede detonar graves problemas de salud.
“Diversos estudios han demostrado la relación entre el consumo de bebidas azucaradas, como los refrescos, y el desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2. Si bien influyen muchos factores, los principales son los hábitos alimenticios poco saludables y la predisposición genética”, informó Nancy.
Ante esta problemática, el gobierno analiza incrementar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios a las bebidas azucaradas y saborizadas.
La propuesta busca casi duplicar el impuesto al refresco: pasaría de 1.64 a 3.08 pesos por litro. El aumento aplicaría tanto a los refrescos normales como a los de edulcorantes,
incluso los ‘light’ o ‘cero calorías’