El pasado miércoles, México vivió un fenómeno pocas veces visto: auroras boreales visibles desde varios estados del país, provocadas por una poderosa tormenta geomagnética severa, clasificada como G4.
El evento se originó por una eyección de masa coronal, una enorme nube de plasma emitida por el Sol que impactó el campo magnético terrestre, elevando el índice planetario Kp hasta 8, uno de los valores más altos del año.
De acuerdo con la Plataforma Digital de Alertamiento y Gestión Integral de Riesgos (SASSLA) y la Sociedad Astronómica de Nuevo León, el fenómeno ya se observó la noche del martes en municipios como García, donde el cielo se tiñó de tonos verdes y rojizos. Las imágenes inundaron redes sociales, sorprendiendo a miles de usuarios.
Las auroras podrían volver a verse desde Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León e incluso Zacatecas o San Luis Potosí, siempre que el cielo esté despejado. Los expertos recomiendan buscar zonas oscuras, mirar hacia el norte y usar cámaras con larga exposición para capturar el resplandor.
Pero la belleza del fenómeno también trae riesgos: una tormenta G4 puede causar fluctuaciones eléctricas, interferencias en GPS y radio, además de afectar satélites y comunicaciones.
Según la UNAM, otra nube solar se dirige hacia la Tierra, por lo que las auroras podrían repetirse en las próximas horas. Aunque estos eventos son raros en latitudes tan bajas, México ya las ha presenciado antes, incluso hasta Michoacán en 2024.
Los científicos recuerdan que las tormentas solares no representan peligro para la salud, pero sí son una muestra impresionante del poder del Sol sobre nuestro planeta. Esta noche, el cielo mexicano podría volver a transformarse en un espectáculo de luces naturales inolvidable.
