Mario Luna | El Financiero
La inversión productiva en México se hundió 8.9 por ciento anual en agosto, la mayor contracción desde enero de 2021, y además sumó 12 meses con una racha negativa. Las perspectivas para los próximos meses son desalentadoras, ante diversos factores, tanto externos como internos, que generan incertidumbre.
De acuerdo con el Indicador Mensual de la Formación Bruta de Capital Fijo (IMFBCF) del INEGI, el gasto en maquinaria y equipo reflejó una disminución de 10.5 por ciento, sumando 8 meses a la baja. El gasto en construcción tuvo un descenso del 7 por ciento anual, hilando 13 meses a la baja.
Por tipo de comprador, destacó la caída de 30.8 por ciento en la del sector público, mientras que la del sector privado cayó 2.6 por ciento.
Para Pau Messeguer, economista en jefe de Multiva, la inversión en México parecía haberse estabilizado en la primera mitad del año, pero en agosto volvió a retroceder, lo que pone en evidencia la sensibilidad de este componente de la demanda a la falta de certeza de largo plazo.
A tasa mensual, el gasto en inversión se contrajo 2.7 por ciento, lo que representó el mayor descenso en ocho meses.
Añadieron que un ambiente de alta incertidumbre ha generado un círculo vicioso, donde la caída en la inversión total frena el crecimiento y limita sus expectativas, lo que a su vez genera más dudas sobre las decisiones de inversión privada, a la vez que el menor crecimiento también limita las posibilidades de mayor inversión pública.
Consideraron que para romper el círculo entre bajo crecimiento e inversión, debe colocarse como una prioridad del gobierno y una parte quedará zanjada si se realiza una favorable negociación del T-MEC, a la vez que la política monetaria no restrictiva apoyará el crédito y la reorientación del gasto público hacia proyectos que promuevan la inversión privada, incluso, en el sector energético.
