Skip to content

INEHRM dedica ofrenda de muertos a dolores Jiménez y muro, Eulalia Guzmán y Rosario Castellanos

El INEHRM rinde tributo a Dolores Jiménez y Muro, en el centenario de su muerte, a Eulalia Guzmán, a los 40 años de su fallecimiento y a Rosario Castellanos, a 51 años de haber emprendido su viaje al infinito.

Con la llegada de noviembre, la tradición del Día de Muertos resalta en el primer plano durante sus dos primeros días. Las ofrendas se confeccionan para rememorar a quienes se han ido de esta vida, pero están presentes en su historia y legado. El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, dependencia de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, rinde tributo en esta fecha a las mujeres forjadoras de la patria Dolores Jiménez y Muro, en el centenario de su muerte, a Eulalia Guzmán, a los 40 años de su fallecimiento y a Rosario Castellanos, a 51 años de haber emprendido su viaje al infinito.

Tres mujeres cuya vida trascendió la política, la arqueología y la literatura, respectivamente. Tres legados para la formación de generaciones y vigencia perene. Estarán siendo honradas en la Ofrenda histórica del INEHRM, del 31 de octubre al 9 de noviembre, en la escalinata central de su sede en Plaza del Carmen 27, San Ángel, CP. 01000, Álvaro Obregón.

La revolucionaria Jiménez y Muro incansable luchadora del liberalismo social, del antirreeleccionismo maderista, y del agrarismo y autonomía zapatista. Autora del del Plan de Tacubaya y del Proemio al Plan de Ayala.

La arqueóloga y antropóloga Eulalia Guzmán pionera de una reinterpretación del proceso de la Conquista y de la historia mexica contada por españoles. Protagonista del regreso de las narrativas históricas a su ámbito regional y descubridora del lugar donde reposan los restos de Cuauhtémoc.

Por último, la filósofa, escritora, poeta y feminista, Rosario Castellanos, comprometida con la causa indígena, con la cruda denuncia del racismo estructural, la desigualdad y el sometimiento. Defensora de la dignidad de las mujeres y severa guardiana de la defensa de lo femenino ante los malos tratos de los hombres. Irreductible en su vocación del magisterio.

TERCERA ELEGÍA DEL AMADO FANTASMA

Rosario Castellanos estuvo inmersa en la necesidad de entender el mundo a través de sus causas y orígenes. En saber cómo inicia la vida y cómo es esta existencia, con cierto grado de soledad, de vacío y muerte. Su poema Tercera elegía del amado fantasma parece resonar con fuerza en la celebración de los difuntos:

“I Como la cera blanda, consumida por una llama pálida, mis días se consumen ardiendo en tu recuerdo. Apenas iluminas el túnel de silencio y el espanto impreciso hacia el que paso a paso voy entrando. Algo vibra en mi ser que aún protesta contra el alud de olvido que arrastra en pos de sí a todas las cosas. ¡Ah, si pudiera entonces crecer y levantarme, alumbrar como lámpara alimentada de tu vivo aceite en una hoguera poderosa y clara! Pero ya nada alcanza a rescatarme de la tristeza inerte que me apaga. Grandes espacios ciernen finas nieblas entre tu rostro y los que aquí te borran. Tu voz es casi un eco y lejos resplandece tu mirada.

“II Como queriendo sorprender tu ausencia desnuda, abro las puertas de improviso y acecho las ventanas entornadas. Encuentro las estancias desiertas y sombrías donde el vacío congela sus perfiles ciñéndose a la línea de tu cuerpo. Es como una profunda y simple copa para beber la integridad del llanto.

“III Tal vez no estés aquí dominando mis ojos, dirigiendo mi sangre, trabajando en mis células, galvanizando un pulso de tinieblas. Tal vez no sea mi pecho la cripta que te guarda. Pero yo no sería si no fuera este castillo en ruinas que ronda tu fantasma”.

Porque recordar es vivir. Mantenemos viva la memoria y legado de nuestras mujeres forjadoras de la patria, como una forma de honrarlas, honrar la vida compartida y encontrar consuelo en el proceso de rememorarlas.