Fabiola Carrillo Tieco identificó 85 cuerpos de agua en este municipio del sur de la entidad, entre jagüeyes, aljibes, manantiales, pozos, presas y un canal.
Según algunos habitantes de San Pablo del Monte, Tlaxcala, desde hace poco más de 30 años su comunidad ha presentado problemas severos de desabasto del vital líquido, a raíz de la contaminación, deforestación, explotación de pozos y crecimiento demográfico, dicha situación dio pie para la elaboración de una memoria gráfica y estadística, a cargo de la historiadora Fabiola Carrillo Tieco.
La poeta náhuatl del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mostró el balance de su trabajo de campo, emprendido en enero de 2025, en aquel municipio del sur de la entidad tlaxcalteca, bajo el título Memoria de la pérdida de los cuerpos de agua del territorio de San Pablo del Monte Cuauhtotoatla, en el Seminario Interno de Investigadores e Investigadoras del Centro INAH Tlaxcala.
Su intención fue, primeramente, detectar los puntos de agua que se recuerdan en la memoria colectiva sanpablense y analizar las repercusiones de la pérdida parcial o total de esos espacios en la población, así como las maneras simbólicas y rituales en las que son percibidos. A la fecha, Carrillo Tieco ha identificado 85 cuerpos de agua, entre jagüeyes, aljibes, manantiales, pozos, presas y un canal.
Explicó que de los 10 jagüeyes solo seis se conservan en buen estado, uno está por desaparecer y el resto es para uso de ganado; respecto a los aljibes, halló uno en ruinas, el cual era parte de una exhacienda; 20 manantiales, algunos secos; tres humedales, dos de ellos estables y otro casi extinto; 18 pozos comunitarios, un pozo comurida; 22 pozos particulares (13 en operación); seis pozos privados; tres presas en ruinas; y un canal de aguas residuales.
Con la ubicación de tales puntos elaboró un mapeo de geolocalización para determinar los espacios donde predomina la presencia de agua, además de las transformaciones económicas, sociales, culturales y ambientales que han tenido las 12 comunidades sanpablenses: San Sebastián Xolalpan, San Cosme, San Bartolomé, De Jesús, Santiago, San Miguel, El Cristo, San Nicolás, La Santísima, San Pedro, Tlaltenango y San Isidro Buensuceso, además de otras localidades secundarias.
El siguiente paso de su estudio es mostrar una visión histórica de la socialización que ha mantenido la población con los cuerpos de agua, así como identificar la repercusión, por la pérdida de estos cuerpos de agua, en las actividades rituales.
Expuso ejemplos el caso del manantial de Huexotitla, donde continúan los rituales de petición de lluvia, a pesar de que está casi seco; o la fiesta del Altepeilhuitl, dedicada a san Pablo, efectuada en los pozos de cada una de las comunidades del municipio.
Otro aspecto es la concienciación de la gente para evitar la contaminación, denunciar irregularidades en la explotación de los mantos acuíferos y promover una campaña de limpieza y saneamiento, a fin de recuperar los cuerpos de agua que eran parte de esos espacios de la montaña Malintzin, sacralizados desde tiempos prehispánicos.
Más acciones del Centro INAH Tlaxcala en pro del agua
En el marco del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, que tiene como objetivo la concienciación social para evitar la contaminación de ríos y cuerpos de agua, así como contribuir a su restauración y saneamiento, el Centro INAH Tlaxcala, asistió al taller “Murales por el agua”.
Impartido en las instalaciones de la Casa de la Cultura José Guridi y Alcocer, en la ciudad de Tlaxcala, tuvo como objetivo generar opiniones, conceptos, relatorías históricas e inquietudes entre los asistentes en torno al vital líquido, para nutrir a los artistas y puedan verter esas ideas de manera pictórica.
Por parte del Centro INAH Tlaxcala participaron en los comentarios la historiadora Claudia Hernández García, la bióloga Alejandra Olvera Carbajal y el etnólogo Milton Gabriel Hernández, quienes aludieron a aspectos biológicos, sociales e históricos del agua en Tlaxcala y, en específico, de la problemática que enfrenta el río Atoyac- Zahuapan, así como su repercusión en la salud de la población tlaxcalteca.
De igual manera, instaron sobre la importancia de valorar los rituales de petición de lluvia, las peregrinaciones y fiestas agrícolas, el simbolismo en distintas manifestaciones culturales, como el carnaval, la presencia del agua en manuscritos y glifos tlaxcaltecas, el culto a las deidades acuáticas e importancia del altépetl.
Las obras comenzaron a pintarse durante octubre, en lugares abiertos de Tlaxcala capital, Apizaco y Tlaxco; lo anterior, con miras a generar un corredor cultural y hacer de dichos espacios puntos de atracción turística.
