SpaceX, la empresa de Elon Musk, sigue avanzando en su sueño de llevar personas a la Luna y Marte. Este fin de semana, logró con éxito el undécimo vuelo de prueba de su nave espacial Starship, lanzada desde el sur de Texas.
Durante el vuelo, el cohete se separó como estaba planeado y cayó de forma controlada en el Golfo de México. Por su parte, la nave Starship terminó su viaje con un aterrizaje preciso en el océano Índico, algo que solo había conseguido una vez antes.
Uno de los momentos más importantes del vuelo fue cuando uno de los motores logró volver a encenderse en medio del viaje, una prueba clave para que la nave pueda hacer viajes largos en el futuro.
A diferencia de otros cohetes que se usan una sola vez, Starship está hecha para ser reutilizada, lo que podría bajar mucho los costos de los viajes al espacio.
Este tipo de pruebas son muy importantes no solo para SpaceX, sino también para la NASA. La nave Starship será parte de las futuras misiones que buscan llevar astronautas de nuevo a la Luna, y más adelante, hacer realidad los planes de explorar Marte.
Cada nuevo vuelo acerca más a SpaceX a convertir en realidad lo que antes parecía imposible.