Por medio de las actividades del programa FIL Pensamiento, tuvo lugar la mesa “El poder de las voces indígenas: niñas y adolescentes indígenas como agentes de cambio”; un espacio para dialogar sobre los desafíos y oportunidades que enfrentan las niñas indígenas en la actualidad y destacar su participación en la preservación de las culturas, lenguas y tradiciones originarias.
En esta mesa, organizada por el Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo (CEED), del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), participaron la Premio Nobel de la Paz (1992), Rigoberta Menchú; el representante de la UNICEF en México, Fernando Carrera Castro; la joven de origen mazahua y promotora cultural Natalia Velázquez Ramírez; la joven wixarika y artesana Anahí Carrillo Reza, y Omar Avilés González, Director del CEED, quien fungió como moderador.
Para iniciar la conversación, Rigoberta Menchú recalcó la importancia del relevo generacional, y le pidió a las jóvenes indígenas seguir en el camino de la lucha y la transformación.
Para la activista, lo que necesitan las culturas indígenas es una mayor representación en los puestos artísticos y de toma de decisiones, ya que su presencia se extiende a más de 94 países. Tan sólo en México existen al menos 66 lenguas originarias; sin embargo, las escuelas multiculturales son mínimas y no responden a las necesidades de la población.
