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Científicos estudiaron uno de los eclipses de Luna más largos de la década

Durante la noche del 7 al 8 de septiembre, la superficie lunar se tornó de color rojizo durante 82 minutos, en el marco de un eclipse total de Luna. Este fenómeno, conocido como “Luna de sangre”, no fue visible en México ni en el continente americano.

Pudo observarse en regiones de Europa, África, Asia y Australia. En Madrid, por ejemplo, el fenómeno comenzó a las 18:27 y alcanzó su punto máximo a las 20:11, hora local.

En el continente americano no se pudo observar, ya que la Luna se encontraba bajo el horizonte durante el fenómeno.

Este eclipse fue de gran interés para la comunidad científica internacional, ya que ofreció una excelente oportunidad para estudiar la atmósfera terrestre.

Al analizar cómo la luz solar se filtra y se curva al pasar por la atmósfera, los científicos pueden obtener datos sobre la composición de las capas altas del aire, la presencia de partículas contaminantes e incluso el efecto de fenómenos climáticos como erupciones volcánicas recientes.

Además, astrónomos aficionados y observatorios aprovecharon el evento para capturar imágenes y registrar las variaciones de brillo y color de la Luna durante cada fase del eclipse.

Este tipo de fenómenos, que pueden observarse sin necesidad de instrumentos especializados, también despiertan un gran interés en el público general.

El próximo eclipse total de Luna visible en América se espera para marzo de 2026, por lo que los entusiastas del cielo nocturno ya lo tienen marcado en sus calendarios.