Blue Origin acaba de marcar un antes y un después en su historia espacial: logró aterrizar con éxito su cohete New Glenn después de lanzar una misión rumbo a Marte, convirtiéndose así en la única empresa —además de SpaceX— capaz de recuperar un cohete de este tamaño.
El despegue se realizó desde Cabo Cañaveral y llevó al espacio la misión Escapade de la NASA, formada por dos pequeños satélites que estudiarán cómo el viento solar afecta la atmósfera de Marte.
Mientras la segunda etapa del cohete siguió su camino hacia el planeta rojo, la primera etapa descendió suavemente sobre una plataforma flotante en el mar, a cientos de kilómetros de la costa de Florida.
Este logro era especialmente esperado: el primer intento había fallado a inicios del año, por lo que el aterrizaje exitoso de hoy pone a Blue Origin en una competencia más directa con SpaceX, que desde hace años domina el sector con los Falcon 9 y sus retornos precisos.
Además de impulsar la investigación sobre Marte —clave para entender cómo perdió su atmósfera y qué pasó con el agua que alguna vez tuvo—, la misión ‘Escapade’ de la NASA también probará una nueva forma de viajar hacia el planeta rojo, que permitirá más flexibilidad en futuras misiones.
El éxito del New Glenn llega en un momento estratégico. Hace apenas unas semanas, la NASA insinuó que buscaría alternativas para futuros viajes a la Luna debido a retrasos de SpaceX, lo que podría abrirle la puerta a Blue Origin en contratos cruciales.
Por ahora, lo cierto es que la compañía de Jeff Bezos dio un golpe importante en la carrera espacial comercial, demostrando que su tecnología de cohetes reutilizables ya está lista para competir al tú por tú.
