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Coparmex: cómo las empresas mexicanas pueden superar el “valle de la muerte”

En México, la mayoría de las empresas no logra superar los primeros dos años de vida, un periodo crítico conocido como el “valle de la muerte”. Sin embargo, aquellas que aprenden a gestionar los factores que las ponen en riesgo no solo logran sobrevivir, sino que también prosperan y se consolidan como historias de éxito.

“Es tan importante capacitarse y prepararse desde el primer día que empiezas o desde antes para poder estar preparados y superar ese valle de la muerte que a todos nos llega. Pondría como requisito indispensable para ser empresario lo que acabo de mencionar: tener una altísima tolerancia a la frustración y una gran capacidad de sacrificio, porque cuando emprendes debes darlo todo”, comentó Adalberto Ortíz, presidente de Coparmex CDMX.

No importa qué tipo de empresario seas, existe un sindicato que respalda a todas las personas audaces y revolucionarias que tienen el coraje de emprender: ese sindicato es Coparmex.

“Por eso, aunque hay empresas muy grandes, la mayor parte de nuestros afiliados son micro, pequeñas y medianas empresas, así como personas con actividad empresarial. En esencia, este sindicato significa generar unión para defender los intereses de los empresarios, los trabajadores y de la comunidad en general”, agregó.

Algunos se unen a Coparmex para impulsar acciones en beneficio de la sociedad, otros por las relaciones que pueden construir y algunos más para aprender. Pero, sin importar la razón, en este sindicato han surgido ideas, proyectos y motivaciones que, muchas veces sin saberlo, han transformado nuestras vidas.

“En Coparmex podrán encontrar a sus mejores amigos, a sus mejores clientes y proveedores, así como mentores y compañeros de confianza”, señaló.

Sin embargo, Adalberto fue claro al subrayar que en este sindicato la regla es que todo se realiza siempre bajo los pilares del conocimiento, el estudio y la transformación.

“En Coparmex intervenimos y ayudamos a los empresarios a comprender que, si no se capacitan e invierten en su formación, será muy difícil aumentar sus ventas y sus ingresos”, explicó.

También subrayó que se prioriza la educación financiera, debido a que esta puede abrir el camino hacia decisiones acertadas y grandes proyectos.

“Tenemos que hacer un ejercicio de autoconciencia, de reflexión, ser valientes para ser sinceros con nosotros mismos y detectar qué patrones y qué enseñanzas negativas tenemos acerca del dinero y así poder sanarlas”, agregó.

En su largo camino, entre aciertos y errores, Adalberto confesó que le llena de orgullo liderar Coparmex CDMX, porque algún día fue solo un joven con un sueño. No sabía cómo hacerlo, pero a base de tropiezos y de no rendirse, lo logró.

“Cuando empecé y emprendí mi primer negocio, me fue muy mal: quebré justo antes de cumplir dos años”, recordó.

Por ello, ahora en el rol que la vida, el azar y su esfuerzo le han dado, busca orientar a los jóvenes para que su camino sea más fácil que el que él tuvo que recorrer.

“Ahora tengo la oportunidad de regresar un poquito a Dios, al país, a la sociedad de lo que me ha dado a mí como empresario”, comentó.

Tras recordar su largo recorrido, Adalberto reveló el secreto que, según él, lo llevó al éxito:

“Es tener una fe inquebrantable en Dios y confiar en que él quiere lo mejor para nosotros. En Coparmex Ciudad de México decimos que hacer lo correcto es lo más rentable. Y siempre, al final, a la larga, va a ser lo más rentable ser una persona correcta”, agregó.

A diferencia del discurso que suele circular en internet, Adalberto está convencido de que, aunque la puerta del emprendimiento está abierta para quien desee recorrerla, el éxito también encuentra a quien valientemente no quiere este camino.

“Todos podemos ser empresarios, pero no todos tenemos que ser empresarios”, concluyó.