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Talla baja: más que una medida, una condición que merece atención

En el marco del Día Internacional de las Personas de Talla Baja, destacaron la importancia de la empatía, el respeto y la inclusión real en todos los ámbitos de la sociedad. Casos como el de Mauricio, un niño de seis años con diagnóstico de displasia, reflejan los retos que enfrentan desde el nacimiento, por la necesidad de adaptar la vida cotidiana a una condición que afecta el crecimiento de los huesos largos del cuerpo, pero no las capacidades cognitivas ni emocionales.
Tere señaló que aunque ha habido avances en materia de sensibilización, aún falta mucho por hacer en la educación y en el entorno familiar para promover la diversidad y erradicar los estigmas que rodean a esta discapacidad motriz.
Para personas adultas como Elvira e Ismael, el desafío se extiende al ámbito social y laboral. A pesar de que han aprendido a aceptarse y construir redes de apoyo, aseguran que la sociedad todavía excluye, muchas veces de manera inconsciente, a quienes viven con esta condición.
Cada vez más personas de talla baja estudian, trabajan y participan activamente en la vida pública. Su mensaje es claro: la inclusión no debe quedarse en discursos, sino traducirse en acciones concretas que garanticen igualdad, respeto y oportunidades para todos.