La partería tradicional que se ejerce en comunidades indígenas y la ciencia médica a través del sistema de Salud como el IMSS-Bienestar, tienen el fin común de evitar la muerte materno-infantil, por lo que han intentado unir esfuerzos por trabajar en equipo.
Sin embargo, el sistema de salud, en el afán de reducir los números de muertes tanto de madres como de infantes en el trabajo de parto, ha aumentado el número de cesáreas y relegado el trabajo de la partería, el cual en muchas comunidades de Chiapas se resiste a desparecer y luchan porque sea reconocido y respetado, mientras que en otros lados aún hay lugares que han logrado que la unión entre ciencia y tradición trabajen de manera coordinada.
La partería es una práctica milenaria de asistencia en el parto y en su proceso, que ejercen las mujeres de forma tradicional dentro de una comunidad en donde es considerado como una especie de “don”, cuyos conocimientos pasan de generación en generación entre abuelas, madres, hermanas, tías, hijas y amigas, sus labores se extienden a más de una familia.
En el caso de México, los primeros registros de parteras datan de la época prehispánica: en aquel periodo llegaron a gozar de gran prestigio dentro de los pueblos indígenas, pues su práctica se relacionaba con cuestiones religiosas vinculadas a la fertilidad.
Con el proceso de la conquista, la partería se occidentalizó y se prohibieron algunas prácticas y conocimientos de la antigua medicina mexica, lo que provocó que las parteras indígenas perdieran su prestigio debido a que en la religión católica el parto se consideraba como un estado sucio o de enfermedad.
Las mujeres que se dedicaron a la partería pertenecieron a las clases sociales bajas, así que muchas eran indígenas, afrodescendientes y mestizas.
Actualmente, por el difícil acceso a un centro médico, las mujeres embarazadas de comunidades continúan acudiendo con las parteras, por lo que el sistema de salud ha integrado poco a poco a las parteras en la atención de la madre y el recién nacido, esto con el fin de reducir la muerte materna y del infante.
En Chapultenango, por ejemplo, existen 32 parteras tradicionales zoques, en donde son más las mujeres que prefieren ser atendidas por una partera en lugar de recurrir a un médico particular.
